martes, septiembre 23, 2014

SILENCIO.






 El complejo diagrama del cuerpo humano es la base de estudio de las formas más complejas de los ritmos zodiacales y de la astronómica circulación-espiral dialéctica del cosmos.  ¡Los astros están en nuestro cuerpo!  La complejidad de los números y las armonías celestes se encuentran profundamente sembrados - como semilla solar - en la composición física de la estructura del cuerpo humano y son sus manifestaciones 'físicas' medibles las medidas cúbicas del antebrazo y la palma de la mano.  Estas manifestaciones se extienden marcando las 'medidas' de la mano en extensiones creativas de las formas aritméticas-matemáticas del arte.  Dedo del Arquitecto (Miguel Ángel - Capilla Sixtina).  Música y armonía resultan así ser los sonidos armónicos del componente sanguíneo arterial ya que la sangre carga la conexión genética del código de la miel de abeja - Dat Rosa Mel Apibus -como parte sustantiva integral de la manifestación concreta de los sonidos de las vías o senderos planetarios (correspondencias planetarias en el cuerpo) del zodiaco.  Ellos se materializan en las partes del cuerpo que como alquimia celeste nutren las correspondencias astrológicas en los circuitos y componentes químicos-alquímicos del cuerpo humano.  Tal como es arriba es abajo.  El Dr. Robert Fludd ya había vislumbrado estos sonidos sanguíneos siguiendo las claves de la obra de Paracelso (Maestro de la Flor) en los estudios que como médico compartía con Dr. William  Paddy y su amigo el Dr. William Harvey; relacionados a los descubrimientos  ocultos de la “circulación sanguínea”.  Vibramos de forma particular y en un tono único, es el corazón ese tambor originario de sonido galáctico primordial quien logra unificarnos y en tonos de octava-mayor zodiacal-planetario.  Las nueve esferas desde Urania hasta Thalía fusionan e integran la unificación planetaria desde el cielo hasta la tierra (ver: Schema Symbolicum Novem Musarum et Apollinis).  El 'Lambda' pitagórico también es el valor numérico 1-2-4-8 y 3-9-27 como la escala musical de la armonía del mundo para el maestro floral Francesco Giorgio.  El Monocordio expuesto por el Dr. Robert Fludd (rosa-cruz) es la racionalización directa de la armonía radial del universo que vibra materialmente en las sublimes formas matemáticas de expresión numeral-radial-solar.  Los  estados inferiores de la 'melancolía' (ver: Alberto Durero,  maestro florido) representan el efecto de esa internalización afectiva como consecuencia de la activación de una escala matemática en octavas menores.



El monocordio es un instrumento de una sola cuerda, pero para sus investigaciones, Pitágoras puso al monocordio varias cuerdas con pesos, para estudiar la relación entre el sonido, los pesos y la longitud de las cuerdas.

Pitágoras concluyó que entre todos los elementos del universo existe una proporción basada en las relaciones matemáticas, como las que existen entre los intervalos musicales, que podrán expresarse en las proporciones numéricas que existen entre los cuatro números enteros: 1+2+3+4 = 10.




Y entonces se produce la magia: el Universo suena. 

A cada astro le corresponde un sonido que se genera por la vibración que produce con su movimiento. Y entre todos los cuerpos celestes existen relaciones armónicas musicales, y están girando siempre así que siempre están sonando....

 La música de las esferas que no cesa.

 La armonía universal, la música del cosmos..

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Armonía de las esferas

La armonía de las esferas es una antigua teoría de origen pitagórico, basada en la idea de que el universo está gobernado según proporciones numéricas armoniosas y que el movimiento de los cuerpos celestes según la representación geocéntrica del universo — el Sol, la Luna y los planetas — se rige según proporciones musicales; las distancias entre planetas corresponderían, según esta teoría, a los intervalos musicales.

Es Aristóteles el primero en dar una exposición crítica de la noción pitagórica de las armonía de las esferas: "Debemos ver evidentemente, después de todo lo que precede, que, cuando nos hablan de una armonía resultante del movimiento de esos cuerpos, igual a la armonía de sonidos que se entrelazan, se está haciendo una comparación muy brillante, sin duda, pero vana; esa no es la verdad de ningún modo. Hay en efecto gente [los pitagóricos] que se figura que el movimiento de cuerpos tan grandes [los planetas] debe producir necesariamente ruido, pues escuchamos alrededor nuestro los ruidos que hacen cuerpos que ni tienen tanta masa, ni una velocidad igual a la del Sol o la Luna. Por ello, uno se cree autorizado a concluir que astros tan numerosos e inmensos que aquellos que tienen este prodigioso movimiento de traslación, no pueden andar sin hacer un ruido de una intensidad desmesurada. Admitiendo en principio esta hipótesis, y suponiendo que estos cuerpos, gracias a sus distancias respectivas, están por sus velocidades en la misma proporción que las armonías, estos filósofos llegan a pretender que la voz de los astros, que se mueven en círculos, es armoniosa. Pero como sería muy sorprendente que nosotros no escucháramos esta pretendida voz, nos explican la causa, diciendo que ese ruido data para nuestros oídos desde el momento mismo de nuestro nacimiento. Esto hace que no distingamos el ruido, es que no hemos tenido nunca el contraste del silencio, que sería su contrario; pues la voz y el silencio, se hacen así distinguir recíprocamente el uno del otro. 

                                                       MUSICA DE LAS ESFERAS
Kepler va más allá en su interpretación musical del cosmos y no se conforma con asignar unas proporciones sonoras simbólicas, sino que mediante más cálculos llega a asignar una auténtica escala a cada planeta confinada a los límites del intervalo musical que lleva asignado. La nota más grave será emitida por el astro en el momento en que se mueve a menor velocidad, es decir, en el afelio, y la más aguda será producida, por tanto, cuando pase por el perihelio. La Figura muestra en notación musical antigua las melodías asociadas a cada uno de los seis planetas. A pesar de que escribe estas melodías planetarias como escalas de tonos y semitonos, en realidad las concebía de forma continua, como una especie de glissandos entre las notas extremas asociadas a cada astro.

El secreto de la Flor de Oro

 La técnica de meditación, enunciada en lenguaje poético, se reduce a una fórmula sobre la postura, la respiración y la contemplación. La postura principalmente se relaciona con una posición recta. La respiración es descrita detalladamente, principalmente en términos de la fisiología esotérica del camino del qi (también conocido como chi o ki), o energía vital.
El camino de la energía asociado con la respiración ha sido descrito como semejante a una rueda interna alineada verticalmente con la columna vertebral. Cuando la respiración es constante, la rueda gira hacia adelante, con la energía vital aumentando en la espalda y descendiendo en el frente. Malos hábitos de respiración (o mala postura, o incluso malos pensamientos) pueden ocasionar que la rueda no gire, o retroceda, inhibiendo la circulación de la energía vital esencial. En contemplación, se observan los pensamientos como van surgiendo y retrocediendo.el practicante verá una imagen brillante enfrente del punto medio de sus dos ojos. Esta imagen fue denominada Mándala o dkyil-vkhorin del budismo tibetano





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