Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen.»
Ninguna hembra mamífera se pone en celo durante la lactancia; sus pretendientes lo perciben por el olor y ni se acercan. Las únicas especies mamíferas que mantienen relaciones sexuales durante el periodo de lactancia son los humanos y los canguros. En realidad, este descenso del interés sexual por parte de la hembra es una ventaja evolutiva, una reacción que la naturaleza ha desarrollado para preservar el interés de la madre por su cría recién nacida.
Algunas mujeres experimentan placer mientras dan el pecho a sus hijos, lo que puede generarles un gran desconcierto e incluso sentimientos de culpa. El tabú del incesto es muy fuerte, y cualquier sensación sexual directamente relacionada con los hijos se interpreta por lo general como algo que debe reprimirse. Pero no hay que perder de vista que la lactancia, al igual que el embarazo, forma parte del ciclo sexual y reproductivo de las mujeres, y el baile hormonal que se produce cuando el bebé succiona el pezón de su madre bien puede desencadenar sensaciones de placer físico. No es de extrañar que así sea. Al fin y al cabo, la naturaleza siempre se ha asegurado de que todas aquellas actividades que son imprescindibles para el mantenimiento de la vida (comer, reproducirnos, dormir) nos resulten sumamente placenteras. La lactancia no es una excepción, y en condiciones normales amamantar es una experiencia muy agradable para ambos, madre e hijo. Algunas mujeres, además, pueden llegar a experimentar sensaciones más intensas e incluso excitación sexual. Saber que es algo perfectamente normal, aunque no demasiado frecuente, puede ayudar a que disfruten de esos momentos sin temor.
Esta sensación es algo completamente normal, de la que no se deben preocupar. "Lo que ocurre es que los niveles de oxitocina (la hormona relacionada con la sexualidad) están altos y por eso son capaces de sentir placer al estimularse el pezón con la lactancia. Es solamente algo hormonal".
Durante el postparto, expone la doctora, la prolactina aumenta, lo que provoca que haya sequedad vaginal, irritación y otras posibles alteraciones. Pero, por otro lado, la oxitocina ocupa un lugar muy importante en esta fase. Con ésta, pueden ocurrir dos cosas: que esté tan elevada que no tenga necesidad de relaciones sexuales, o que su nivel sea más bajo y quieran tener relaciones.
Los bebés, explica, cuanta más lactancia y más meses de cercanía tengan con la madre, mayor será su nivel de oxitocina. "Las estructuras emocionales se fijan durante los dos primeros años de vida; por tanto, si el cerebro del bebé se acostumbra a funcionar en un clima bañado en oxitocina, de adulto tendrá mejores habilidades sociales y buscará en su vida relaciones más estables, ya que buscará mantener esos niveles de esta hormona".
OXITOCINA
La oxitocina (del griego ὀξύς oxys "rápido" y τόκος tokos "nacimiento") es una hormona producida por los núcleos supraópticos y paraventriculares del hipotalamo. Igualmente llamada informalmente por algunos como la "molécula del amor" o "la molécula afrodisíaca", La hormona de los mimosos, es una hormona relacionada con los patrones sexuales y con la conducta maternal y paternal que actúa también como neurotransmisor en el cerebro.
En las mujeres, la oxitocina igualmente se libera en grandes cantidades tras la distensión del cérvix uterino y la vagina durante el parto, así como en respuesta a la estimulación del pezón por la succión del bebé, facilitando por tanto el parto y la lactancia.
Perejil, salvia, romero y tomillo: oxitocina, alquimia y poder.
“Perejil, salvia, romero y tomillo son cuatro de las hierbas más importantes de la cocina europea y simbolizan virtudes: el perejil atenúa el amargor, la salvia se asocia a la salud y longevidad, el romero presenta la lealtad, fortaleza y amor, y el tomillo significa valentía y coraje. En Scarborough Fair protagonizan una historia de desamor pero en el siglo XXI, y empleadas sabia y conscientemente, pueden COCINAR UN FINAL TAN FELIZ como nosotras queramos…”
Una canción medieval inglesa habla de perejil, salvia, romero y tomillo como los ingredientes de una pócima de amor, mostrando el vínculo que siempre ha existido entre las emociones, la cocina y la Vida en general. Simon y Garfunkel versionaron e inmortalizaron ese tema en 1966.
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