miércoles, noviembre 30, 2011

CIPRESES Y PATOS

                   

 

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ANATOLE FRANCE-EL FIGON DE LA REINA PATOJA  306

Es admirable a ratos este cristiano —nos dijo el señor cura— , y no
hace mucho me edificaba con hermosas sentencias. Pero no deja de
inquietarme, porque todo depende del fin, y no sabemos lo que le quedará
todavía en el saco. Dios, en su bondad, quiere que un solo instante nos
redima. De manera que la salvación depende sólo del último instante, y el
resto de la vida no es nada. Este me hace temblar por este enfermo, a quien
los ángeles y los demonios se disputan furiosamente. Pero no hay que
desesperar de la misericordia divina.

BIBLIA –NUEVO TESTAMENTO   pág 306

1 Por lo demás, hermanos míos, regocijaos en el Señor. El escribiros las
mismas cosas a mí no me es molesto, y para vosotros es más seguro. 2 ¡Guardaos
de los perros! ¡Guardaos de los malos obreros! ¡Guardaos de los que mutilan el
cuerpo! 3 Porque nosotros somos la circuncisión: los que servimos a Dios en
espíritu, que nos gloriamos en Cristo Jesús y que no confiamos en la carne.

 

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VLADIMIR NABOKOV-CUENTOS   pág 306

Mientras tanto, en mi delirio, y aprovechándose de la confusión general, una serie
de visiones fantásticas, firmes y tranquilas, iban aposentándose ante mi vista, y
encontrando su acomodo natural. Las débiles líneas de los perfiles de un techo se
estiraban y cruzaban en el cielo. Un gran sillón se alzaba, como apoyado desde
abajo, por encima de la ciénaga. Unos pájaros brillantes volaban a través de la
neblina del pantano y, al posarse, uno se volvía hacia un poste del baldaquino de
madera de la cama, el otro hacia una garrafa de cristal. Haciendo acopio de toda mi
fuerza de voluntad, fijé mi mirada y conseguí desprenderme de toda aquella basura
peligrosa. Sobre los juncos volaban pájaros reales con largas colas flamígeras. El aire
zumbaba con insectos. Gregson se desembarazaba con la mano de un insecto
multicolor mientras que a la vez trataba de determinar la especie a la que
pertenecía. Finalmente no pudo contenerse más y lo capturó en su red. Sus
movimientos sufrieron curiosos cambios como si algo insistiera en reorganizarlos. Lo
vi adoptar diferentes poses simultáneamente; se estaba despojando de sí mismo,
como si estuviera hecho de muchos Gregsons de cristal cuyas siluetas externas no
coincidieran. Luego volvió a condensarse de nuevo y se levantó firme y seguro. Le
estaba zarandeando a Cook en el hombro.
—Me vas a ayudar a llevarle —oí que Gregson le decía con toda nitidez—. Si no
fueras un traidor no nos veríamos metidos en este lío.
Cook permaneció en silencio, pero su rostro empezó a adquirir lentamente un
rubor púrpura.
—Piénsalo, Cook, te arrepentirás de esto —dijo Gregson—. Te lo digo por última
vez.
Y en ese momento sucedió lo que se llevaba gestando durante un buen rato. Cook
embistió de cabeza como un toro contra el estómago de Gregson

 

JAMES JOYCE-ULISES   pág  306

Quince ayer. Curioso, el quince del mes
también. Su primer cumpleaños lejos de casa.
Separación. Recuerdo la mañana de verano en
que ella nació, corriendo a llamar a la Sra.
Thorton en la calle Denzille. Vieja jovial. Debe
de haber ayudado a venir al mundo a mucho
bebés. Supo desde el primer momento que el
pobre pequeño Rudy no viviría. Bueno, Dios es bueno, señor. En seguida se dio cuenta. Tendría
once años ahora si hubiera vivido.

GAO XINGIAN-LA MONTAÑA DEL ALMA   306

Te parece haber visto ya a una tibetana a caballo que pasaba por delante del punto geodésico
situado al lado de la carretera principal, señalando una altitud de cinco mil seiscientos metros
cuando viajabas por la Gran Montaña de la Nieve. Ella rió mientras volvía la cabeza hacia ti,
incitándote a penetrar en el abismo sombrío y, en aquel momento, no pudiste dejar de caminar en
dirección a ella...
Pero no son más que recuerdos, el sonido de la campanilla está en ti, como si resonara en tu
frente, el dolor que desgarra tus pulmones es insoportable, tu corazón late como loco, tu cabeza va a
estallar. Cuando la sangre se hiele en tus venas, estallará silenciosamente. La vida es frágil, pero se
debate con fuerza, una obstinación instintiva.
Abres los ojos, la luz te deslumbra, no ves nada, tan sólo te das cuenta de que estás trepando, el
sonido molesto de la campanilla no es más que un recuerdo lejano, un pensamiento indistinto, como
un estallido centelleante de hielo, tenue, flotante en los aires, dejando su marca en tu retina, te
esfuerzas por reconocer los colores del arco iris, te tropiezas, das vueltas, vuelves sobre tus pasos,
has perdido la fuerza de controlarte, ¡todo no es más que un esfuerzo inútil, deseo impreciso,
negativa a desaparecer, agujero negro, cuencas de un cráneo, túnel profundo, no hay nada, melodía
discordante, fisión, explosión!
... Una limpidez desconocida, todo es tan puro, una tenuidad difícil de percibir, una música
silenciosa que se torna transparente, arreglada, tamizada, depurada, caes, pero flotas durante tu
caída, eres ligero, ni viento, ni obstáculo, tus sentimientos son profundos, tu cuerpo experimenta
una sensación de frescor, te concentras para escuchar y oyes esta música informe pero que llena el
aire, el hilo de araña de tus recuerdos se ha adelgazado pero sigue siendo perfectamente claro ante
tus ojos, es fino como un cabello, se asemeja también a una hendidura cuyos dos extremos se
fundieran en la oscuridad, pierde su forma y se dispersa, convirtiéndose en un minúsculo rayo de
luz antes de transformarse en otras tantas motas de polvo infinitas, luego éstas te envuelven, y la luz
se concentra en esos flecos de nubes deshilachadas, perfectamente claros, penetra en ellos, se
mueve, transformándose en una nebulosa igual que una neblina, luego cambia de nuevo y se fija
para convertirse en un sol redondo y oscuro que difunde un resplandor azulado, un sol en el sol,
muda al violeta, luego se abre, su centro se estabiliza, pasa al rojo oscuro y difunde una luz difusa púrpura, cierras los ojos para impedir que sus rayos te alcancen, pero no lo consigues, los
estremecimientos y los deseos que suben en tu corazón, al borde de las tinieblas, oyes la música, ese
sonido que adquiere forma se amplifica, se prolonga, te atraviesa, imposible saber dónde estás, ese
sonido cristalino y penetrante invade tu cuerpo por todas partes, una frecuencia más corta se mezcla
con él cuyo ritmo no llegas a captar, pero percibes su altura, está unido a otro sonido con el que se
mezcla, se expanden, se convierten en un río que desaparece y retorna, retorna y desaparece, el sol
azul oscuro se transforma en una luna más oscura aún, contienes el aliento y dejas de pensar, ya no
respiras, llegas al final de tu vida, pero las ondas sonoras son cada vez más fuertes, te inundan, te
llevan al paroxismo, orgasmo puramente cerebral, delante de tus ojos y en tu corazón y en tu
cuerpo, del que no sabes en qué rincón habitas, el reflejo del sol en la luna oscura, en medio de un
estruendo desencadenado cada vez más fuerte crece crece crece aumenta aumenta aumenta y
estalla... De nuevo el silencio absoluto, te sumerges en una oscuridad más densa aún, sigues
sintiendo los latidos de tu corazón, el dolor físico, el miedo ante la muerte de este cuerpo con vida
es concreto, este cuerpo que no consignes abandonar ha recobrado su conciencia.
En la oscuridad, en un rincón de la habitación, la señal del volumen del magnetófono parpadea
sin interrupción

 

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