Rhynchonella
MOLUSCO EXTINGUIDO HACE 400 MILLONES DE AÑOS
Cuando los organismos quedan enterrados en el sedimento, lo primero que sucede es la destrucción de la materia orgánica blanda. Si esta es de origen animal se forma una masa rica en nutrientes que es consumida por las bacterias, y que ocasionalmente puede dar lugar a la formación de petroleo. Y si es de origen vegetal forma humus, que bajo ciertas circunstancias puede llegar a convertirse en carbón.
Las partes duras como los huesos y conchas sufren un proceso de mineralización por intercambio y aporte de sustancias químicas con el sedimento que los contiene, estos procesos pueden ser muy variados, pero los principales son: Carbonatación, Silicificación, Piritización, Fosfatación y Carbonificación.
http://www.asturnatura.com/articulos/fosiles/quesonfosiles.php
Fósiles ibéricos relacionados, por la tradición popular, española, con Dios, Jesucristo o con la Trinidad.
- Las “piedras de la santísima Trinidad” del monte Erga.
En Navarra, también hemos encontrado otro tipo de fósiles muy distintos al de los equínidos cretácicos que han sido vinculados con el rayo, por la cultura popular, se trataba de dos especies de braquiópodos jurásicos.
El folklore euskaldun incluía a estos fósiles dentro de una categoría de piedras especiales, consideradas virtuosas y con propiedades extraordinarias, conocidas de forma genérica, en euskera, como “Arri bedeinkatuak”, es decir “Piedras Benditas”, categoría de la que también formaban parte los erizos fósiles vinculados con Santiago o con Santa Catalina.
En este caso particular, las piedras maravillosas eran unos fósiles procedentes del monte Erga o monte de la Trinidad que son conocidos, popularmente, por los habitantes de los valles de Arakil, Gulina e Imotz como “piedras de la santísima Trinidad”.
Estos fósiles se encuentran en el algunos puntos del camino que, desde Aguinaga, sube hasta la ermita de la Trinidad, situada en la parte alta del monte Erga, se trata de braquiópodos fósiles del jurásico, concretamente de Rhynchonella decorata y otros del liásico, concretamente de Zeilleria (Cincta) numismalis.
Estos fósiles se encuentran en el algunos puntos del camino que, desde Aguinaga, sube hasta la ermita de la Trinidad, situada en la parte alta del monte Erga, se trata de braquiópodos fósiles del jurásico, concretamente de Rhynchonella decorata y otros del liásico, concretamente de Zeilleria (Cincta) numismalis.
Aspecto de un grupo de ejemplares de “piedras de lasantísima Trinidad”, fósiles de Rhynchonella decorata, todos muestran la parte inferior, por lo que sólo resulta visible la valva ventral
Imagen: L'arca di Noe
Antiguamente, era costumbre que los peregrinos que, en el día de la festividad, ascendían hasta la ermita de la Trinidad, desde los pueblos de los alrededores, recogieran los fósiles en aquellos puntos del camino, en los que aparecían, pues los romeros atribuían a este tipo de piedras virtudes protectoras contra el rayo. Posteriormente, las piedras recogidas en la peregrinación, eran usadas como amuletos protectores contra la caída de rayos y contra la muerte por fulminación, de forma semejante a como se usaban los erizos fósiles en otras zonas. A estos fósiles en euskera se les denominaba “Hirutasun Santuaren arriak” es decir “piedras de la santísima Trinidad”
Aspectos de una concha fosilizada de Rhynchonella decorata,braquiópodo del Jurasico Superior, vista por la parte superior, valva dorsal (arriba) y lateralmente (abajo).
Imagen: Wardsci
El monte Erga por su situación, se yergue solitario entre los valles de Arakil, Gulina e Imotz, y por su altura, en la cima alcanza una altitud de 1.088 m., se debe comportar como un pararrayos natural, por lo que en caso de tormenta eléctrica, la caida de rayos en su cima debe ser un hecho frecuente. Esta circunstancia podría ser la causa de que, antiguamente, se creyera que en est
Imagen: L'arca di Noe
Antiguamente, era costumbre que los peregrinos que, en el día de la festividad, ascendían hasta la ermita de la Trinidad, desde los pueblos de los alrededores, recogieran los fósiles en aquellos puntos del camino, en los que aparecían, pues los romeros atribuían a este tipo de piedras virtudes protectoras contra el rayo. Posteriormente, las piedras recogidas en la peregrinación, eran usadas como amuletos protectores contra la caída de rayos y contra la muerte por fulminación, de forma semejante a como se usaban los erizos fósiles en otras zonas. A estos fósiles en euskera se les denominaba “Hirutasun Santuaren arriak” es decir “piedras de la santísima Trinidad”
Aspectos de una concha fosilizada de Rhynchonella decorata,braquiópodo del Jurasico Superior, vista por la parte superior, valva dorsal (arriba) y lateralmente (abajo).
Imagen: Wardsci
El monte Erga por su situación, se yergue solitario entre los valles de Arakil, Gulina e Imotz, y por su altura, en la cima alcanza una altitud de 1.088 m., se debe comportar como un pararrayos natural, por lo que en caso de tormenta eléctrica, la caida de rayos en su cima debe ser un hecho frecuente. Esta circunstancia podría ser la causa de que, antiguamente, se creyera que en est
e monte deberían abundar las "piedras del rayo".
Fósiles asociados con Dios Padre.
Existía la creencia popular de que caían del cielo, durante las tormentas, como materialización de los truenos y de los rayos. Y en tiempos anteriores se creyó que eran lanzados por un ser divino para castigar a los impíos que infringían sus normas.
También existía la creencia popular de que la sorprendente marca con aspecto de cruz deprimida que, este tipo de piedras, presentaban en la parte más abombada, en realidad era la depresión determinada por 4 de los surcos más profundos del sistema ambulacral, era una marca sagrada que había sido impresa por el supremo creador, para que mediante este signo característico, los buenos cristianos pudieran reconocer, fácilmente, este tipo de "piedras virtuosas", es decir dotadas por Dios con propiedades extraordinarias y pudieran servirse de ellas como protección contra rayos y centellas.
También existía la creencia popular de que la sorprendente marca con aspecto de cruz deprimida que, este tipo de piedras, presentaban en la parte más abombada, en realidad era la depresión determinada por 4 de los surcos más profundos del sistema ambulacral, era una marca sagrada que había sido impresa por el supremo creador, para que mediante este signo característico, los buenos cristianos pudieran reconocer, fácilmente, este tipo de "piedras virtuosas", es decir dotadas por Dios con propiedades extraordinarias y pudieran servirse de ellas como protección contra rayos y centellas.
Aspecto acorazonado, típico, de un Micraster coranginum, en esta imagen, debido a la iluminación, se aprecia muy bien la marca en forma de cruz característica, origen de muchas leyendas y usos populares.
Las "estrellitas" de la Virgen de la Providencia, de Mig Camí
En el caso de las " estrelletes", "crevetes", "estrelletes de la Mare de Déu" o "estrelletes de Mig-Camí", se trata de unos minúsculos artejos o placas columnares, individuales, de sección estrellada, que no alcanzan los 5 mm. de diámetro y que proceden de la desarticulación y disociación "postmortem" de los tallos o pedúnculos de un tipo de equinodermos, vulgarmente,llamado "lirios de mar" y científicamente crinoideos. En este caso particular, se trata de artejos de la especie Pentacrinus neocomiensis del Barremiense (Cretácico inferior), hace 130 MA.
Cuando aparecen varios artejos juntos, formando una especie de prismas, por no haberse disgregado en artejos individuales, popularmente se les conoce como "pilanets", es decir, pilarcitos, por asemejarse a pequeños pilares o columnas de sección estrellada.
Aspecto, bastante aumentado, de multitud de ejemplares de "estrelletes" o "crevetes" de la Mare de Déu de Mig Camí, de diversos tamaños. Se trata de piezas individuales, desarticuladas, procedentes de la descomposición de tallos y brazos de lirios de mar mesozoicos. Fotografía de original de Josep Armengol Bonmatí
Imagen: Món macro-fossil Crinoïdeus
"Huellas de asno", de cuando Cristo pasó por la Rioja, montado en una burra...
Antaño, en alguna localidad de La Rioja, ahora desconocida, se conocía a un rastro de icnitas o huellas de pisadas de dinosaurio, como las "pisadas de la burra de Cristo", pues según tradición popular, se creía que aquellas marcas habían quedado, milagrosamente, impresas sobre la superficie de roca, porque Jesucristo pasó por aquel lugar, siglos atrás, cabalgando una burra, cuando fue a predicar el evangelio, a los entonces paganos habitantes de aquella localidad.
Aspecto de una rastrillada de icnitas de saurópodo, impresa en una superficie rocosa. Hasta cierto punto, bastante semejante a la que podría haber dejado impresa en barro blando, el paso de una caballería.
Representación artística de un cráneo humano, esculpido sobre el molde interno, calcítico, de un amonites. Se puede apreciar, gracias al intenso pulido, el complejo diseño de las suturas de tabicación que separan las numerosas cámaras de crecimiento de la concha, ahora ausente por disolución durante el proceso de litificación.
EL CULTO A LOS MONTES EN LA ANTIGÜEDAD
Han sido las cumbres montañosas uno de los fenómenos de la naturaleza que, desde un principio, ha hecho reflexionar a hombre. En su imagen se creyó ver en algunas ocasiones el principio de toda esencia, un vínculo de unión entre el cielo y la tierra, que señala a su vez el centro del mundo, la manifestación de una fuerza misteriosa capaz de romper la superficie plana del suelo, la representación de un poder demoníaco, o por el contrario, el signo de la presencia de alguna divinidad.
Aunque las interpretaciones relativas al simbolismo de la montaña dependen de los contextos mítico-religiosos en los que se hallan insertas, podría afirmarse que en cierto modo son el común resultado de una serie de creencias que han llevado a los hombres a practicar diferentes tipos de rituales en relación con los montes y con las divinidades a ellos asociadas. Rituales y creencias de esta tipo se hallan presentes en las diferentes civilizaciones de la Antigüedad, tanto en el ámbito europeo como en el Mediterráneo
Aunque las interpretaciones relativas al simbolismo de la montaña dependen de los contextos mítico-religiosos en los que se hallan insertas, podría afirmarse que en cierto modo son el común resultado de una serie de creencias que han llevado a los hombres a practicar diferentes tipos de rituales en relación con los montes y con las divinidades a ellos asociadas. Rituales y creencias de esta tipo se hallan presentes en las diferentes civilizaciones de la Antigüedad, tanto en el ámbito europeo como en el Mediterráneo
http://meditacionesdelascumbres.blogspot.com.es/2012/06/los-dioses-de-la-montana-i-el-culto-los.html
Graves, Robert Rey Jesús 60
Era el día en que Zacarías cumplía su ministerio ante el altar del incienso. Zacarías
integraba el octavo curso de sacerdote, el curso de Abías, cuyo turno llegaba cada dos
años el octavo mes, el mes de la cosecha de trigo. En ayunas, ceremonialmente limpio,
correctamente vestido, entró en el santuario al ponerse el sol para encender las siete
lámparas del candelabro de oro, y ofrendar incienso en el altar, y permaneció allí solo mientras la congregación oraba en el exterior. Con gestos delicados y habituales recortó
las mechas con tijeras y llenó los cuencos con aceite consagrado hasta los bordes. Luego
sacó los conos de incienso de un estante y los puso en un bol de oro; se arrodilló y rezó;
se puso de pie y con unas tenazas puso los conos sobre las brasas ardientes del altar; les
echó sal; se arrodilló nuevamente y volvió a orar, mientras el fuerte aroma del incienso
llenaba el santuario.
La fragancia se difundió entre la congregación que aguardaba en el exterior y Zacarías
oyó las bendiciones cantadas por el coro de Asaf:
Eres en verdad el Señor Dios nuestro, y también
el Dios de nuestros padres; nuestro rey y también el
rey de nuestros padres; nuestro redentor y también
redentor de nuestros padres; nuestro hacedor y
también hacedor de nuestros padres; nuestro salvador
y liberador. Tu nombre es eterno, no hay otro Dios
más que tú. Los redimidos cantan una nueva canción a
tu nombre en la costa del mar. Juntos te alaban, te
eligen como su rey y dicen: «El Señor reinará, el
salvador de su pueblo Israel.»
Cesó el canto; Zacarías supo que la oveja del atardecer había sido sacrificada y que se
quemaban sus trozos en el altar del vestíbulo. Era el momento de regresar, pronunciar la
bendición y aceptar las ofrendas de carne y de bebidas.
Mientras esperaba, sereno y en paz, una voz rompió el silencio perfecto del santuario;
era una voz pequeña, entre flauta y susurro, como la voz de la conciencia del pecador.
-¡Zacarías! -dijo.
Zacarías advirtió que procedía del mismo sancta sanctorum, donde no podía entrar otra
persona que el sumo sacerdote una vez por año; era la cámara vacía donde residía el
mismo Dios de Israel.
Su corazón dio un salto; respondió:
-Aquí estoy, Señor. Habla, que tu siervo te escucha. -Eran las arcaicas palabras
pronunciadas muchas generaciones antes en Siloé por Samuel niño cuando había sido llamado del mismo modo.
La vocecilla preguntó:
-Zacarías, ¿qué es lo que quemas en mi altar?
Zacarías murmuró:
-Dulce incienso, Señor, según la ley que has dado a tu siervo Moisés.
La voz preguntó severamente:
-¿Es el sol de la santidad una prostituta o un catamita? ¿Acaso llega a mis narices el olor
del estoraque, el ligamento de la concha, el incienso olíbano y la cañaheja, todo moligo
ardiendo juntamente sobre brasas de cedro? ¿Ofrecerías un baño de sudor al sol de la
santidad?
Ahora bien, el incienso sagrado era un compuesto que se ajustaba a una receta muy
antigua. Era costumbre de las sacerdotisas de Rahab, la diosa del amor, la víspera de la
orgía de mayo, quemar ese incienso en un hueco en el suelo del santuario de la diosa.
Por turno, cada una de las mujeres se acuclillaba un rato sobre el hueco cubierta con una
estrecha falda de piel de foca, hasta que su piel sudaba y absorbía el aroma, tomándose
irresistible para sus amantes. Todos los ingredientes tenían virtudes afrodisíacas. El
estoraque es la resma de un árbol de flores blancas parecido a un sicómoro, sagrado para
la diosa Isis: su nombre deriva de una palabra griega que significa «causa de la lujuria».
La concha es sagrada para Afrodita, la diosa del amor fenicia y chipriota que el mito
representa navegando en una gran concha tirada por delfines. En sus festivales de amor
se consumen en Ascalón y Pafos gran cantidad de moluscos; el ligamento de las valvas
es un símbolo de la unión sexual. El incienso olíbano, que se trae del sur de Arabia y de
la adyacente costa africana, es la resma lechosa y fragante del arbusto olíbano -lágrimas
blancas y rojas mezcladas- a cuyo humo se atribuye la capacidad de favorecer la
elocuencia erótica; se dice también que el fénix arde en Heliópolis en una pira de ramas
de este arbusto. De cañaheja está hecha la vara que lleva Sileno, el amo cabrio de las
fiestas dionisiacas; y en cuya médula se dice que escondió Prometeo el fuego robado al
cielo. Su resma exhala apenas una suave fragancia, pero las resinas de estoraque e
incienso olíbano compensan en el incienso sagrado esta deficiencia, disimulando
además el dejo desagradable del ligamento de la valva.
Zacarías no pudo responder: golpeó el suelo siete veces con la frente, sin atreverse a
alzar la vista. Oyó que corrían la cortina, y unos pasos majestuosos que se aproximaban
sobre el suelo de mármol. Hubo una pausa y luego un brusco silbido y un chisporroteo
en el altar. Los pasos se retiraron y Zacarías se desvaneció.
Cuando volvió en si, unos minutos después, no pudo al comienzo recordar dónde estaba
ni qué había ocurrido. Las lámparas ardían aún con llama firme, pero el fuego del altar
estaba apagado. Tenía húmedo el ruedo de la túnica con el agua que había caído del
altar. El miedo volvió a brotar en su mente. Gimió y elevó lentamente la mirada hacia la
cortina sagrada, como si quisiera asegurarse de que su Dios no lo odiaba.Aún faltaba lo peor. Entre la cortina y la pared se erguía una tremenda figura vestida
con ropas que centelleaban como la luna en un estanque revuelto. ¡Horror! Tenía la
cabeza de un asno salvaje con el blanco de los ojos rojo brillante y dientes de marfil, y
la figura sostenía contra su pecho el cetro y el perro de la monarquía con las herraduras
de oro de sus pezuñas.
La voz aflautada brotó de la boca de la bestia.
-No te asustes, Zacarías. Sal y di a mi pueblo verazmente lo que has visto y oído.
Zacarías, medio muerto de espanto, ocultó su rostro en la túnica. Después golpeó siete
veces el suelo con la frente y salió trastabillando al exterior, donde la congregación se
interrogaba ansiosamente por el motivo de su demora.Jadeando, cerró la puerta a sus espaldas. El aire fresco lo revivió. Miró enloquecido los
rostros plácidos de su pueblo y de los músicos de Asaf. Inspiró profundamente y de su
corazón se elevaron unas terribles palabras:
-Oídme, hombres de Israel. Durante generaciones, sin saberlo, no hemos adorado al
verdadero Dios, sino al asno de oro.
Sus labios se movieron, pero de ellos no surgió ningún sonido. Había enmudecido.
GAO XINGJIAN
LA MONTAÑA DEL ALMA 60
Entras. En el templo, al pie de la estatua del Emperador de la Claridad, una fila de ancianas,
todas vestidas con chaqueta y pantalón negros, todas desdentadas, se arrodillan o se levantan por
turno y se prosternan delante del altar quemando incienso. El Emperador de la Claridad tiene un
ancho rostro reluciente y unas mejillas mofletudas. Es la viva imagen de la felicidad que las volutas
del humo del incienso vuelve más benevolente aún sí cabe. En la larga y estrecha mesa colocada
enfrente de él hay puestos unos pinceles y unos tinteros como en la oficina de un funcionario civil.
Delante de las mesas de ofrenda donde reposan palmatorias y pebeteros, pende una tela roja con una
inscripción bordada con sedas multicolores: Proteger el país y ayudar al pueblo. Por encima de las
colgaduras y de los doseles, una tablilla horizontal ostenta una inscripción en negro: Revelación
divina, y en el borde, una serie de pequeños caracteres: Donación de los letrados y de los habitantes
de Lingyan, sin que se sepa exactamente de cuándo data esta antigüedad.
Reconoces que este lugar se llama Lingyan, la Roca del Alma. Así pues, puede haber otros
destinos que llevan el nombre de ling, el alma. No te has equivocado poniéndote en camino hacia
Lingshan, la Montaña del Alma. Preguntas a las ancianas que te responden con sus desdentadas
bocas emitiendo unos silbidos. Ninguna te indica claramente el camino hacia Lingyan.
JAMES JOYCE
ULISES 60
Se cortó alarmado, tocándose el costado
bajo la camisa colgante.
—Mi duodécima costilla ya no está —
gritó—. Soy el "Uebermensch". Kinch el
Desdentado y yo somos los superhombres.
Se desembarazó de su camisa y la arrojó
tras de sí sobre las demás ropas.
—¿Vas a entrar por aquí, Malachi?
—Sí. Deja sitio en la cama.
El joven retrocedió vigorosamente en el
agua y alcanzó el centro de la ensenada en dos
brazadas largas y limpias. Haines se sentó sobre
una piedra, fumando.
—¿No vienes? —preguntó Buck Mulligan.
—Más tarde —dijo Haines—. No tan
seguido de mi desayuno.
Esteban dio media vuelta.
—Pasa la llave, Kinch —dijo Buck
Mulligan—, para sujetar mi camisa.Esteban le alargó la llave. Buck Mulligan
la colocó sobre sus ropas amontonadas.
—Y dos peniques —dijo—, para una
pinta. Tira eso ahí.
Esteban arrojó dos peniques sobre el
montón blando. Vestirse, desnudarse. Erecto,
con las manos juntas adelante, Buck Mulligan
dijo solemnemente:
—El que roba al pobre presta al Señor.
Así hablaba Zaratustra.
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